Por estos días está por concluir la negociación entre Sabre, el GDS o globalizadoras con mayor participación de mercado en México, y para el cual Aeroméxico, que dirige Andrés Conesa, es uno de sus principales clientes.
El acuerdo llevará a utilizar sus sistemas tres años más lo que refrendará su posición como una pieza muy relevante en la distribución de los boletos, aunque también es un costo fijo que paulatinamente preocupa más.
Si de manera cíclica el precio de la turbosina es un factor crítico en la estructura de costos de las aerolíneas, hoy muchas de ellas ven los cambios en los GDS como un área de oportunidad relevante para gastar menos.
Hasta ahora Lufthansa fue la primera en levantar la mano a nivel mundial con su decisión de ponerle un sobreprecio a algunos de sus boletos adquiridos a través de las globalizadoras y la mala noticia para estos últimos es que no ha dado marcha atrás.
De hecho, la noticia de este año fue que IAG, que agrupa a British e Iberia entre otras aerolíneas, también anunció, y está por implementar el cobro de una comisión cercana a los 10 dólares por vender sus boletos a través de los GDS.
Una noticia que a nivel mundial ha derivado en opiniones de diversos especialistas, en el sentido de que con ello ya inició un proceso de desaparición de estas empresas tecnológicas.
En realidad esto difícilmente sucederá en el corto plazo, sobre todo cuando se trata del negocio de los viajes corporativos, pero sin duda es posible esperar más noticias al respecto.
Por ejemplo, en México American Airlines, que dirige Tony Gutiérrez, ya ha estado buscando a sus principales aliados comerciales para darles más información acerca de las oportunidades y ventajas de darle la vuelta a los GDS.
Recientemente VivaAerobús también fijó su postura respecto a los GDS, como se dijo en NITU.mx. (VivaAerobus defiende estrategia de venta directa sobre globalizadoras).
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