Tulum, uno de los destinos turísticos más codiciados del Caribe mexicano, se ha convertido en un imán no solo para turistas y nómadas digitales, sino también para desarrolladores inmobiliarios sin escrúpulos que han provocado una ola de fraudes millonarios.
Una investigación de Bloomberg reveló que al menos 70 propiedades fueron vendidas en preventa sin que jamás se entregaran. Uno de los casos más emblemáticos es el de Erin Norris, una ciudadana estadounidense que en 2021 invirtió casi 200 mil dólares en un departamento ofrecido por la desarrolladora Akela Development Group, la que prometía lujosos condominios bajo la marca “Solemn”, con diseño boho chic, albercas infinitas y gimnasios al aire libre.
Sin embargo, cuando los compradores acudieron a Tulum a ver sus futuras propiedades, se encontraron con terrenos vacíos o construcciones abandonadas. Peor aún, muchos de estos proyectos estaban sobre terrenos en disputa legal o sin documentación válida.
La situación se tornó aún más turbia cuando dos de los socios fundadores de Akela murieron en circunstancias cuestionables —uno en 2022 y otro en 2024—, mientras que el tercer socio permanece desaparecido.
Según abogados locales, los afectados —en su mayoría extranjeros de clase media— no solo perdieron sus ahorros, sino que enfrentan largos y costosos procesos legales en un sistema judicial lento y sin digitalización. Muchos ni siquiera cuentan con títulos de propiedad, lo que los deja en un limbo legal.
El problema va más allá de una sola empresa. Existen decenas de denuncias similares en la región, donde se han documentado intentos de despojo, corrupción de autoridades locales y notarios, y desarrolladores que venden terrenos que no les pertenecen.
La propia presidenta Claudia Sheinbaum reconoció el problema en diciembre de 2024, al señalar que existen muchos predios nacionales que fueron vendidos de forma ilegal por desarrolladores aprovechando la falta de regulación histórica en Quintana Roo.
A pesar de estos escándalos, la fiebre inmobiliaria en Tulum no se detiene. Por eso, expertos recomiendan a quienes deseen invertir en la zona:
• Verificar la legalidad del terreno y su situación registral.
• Investigar a fondo la trayectoria del desarrollador.
• Evitar las preventas sin garantías claras.
• Asesorarse con abogados especializados en bienes raíces antes de firmar cualquier contrato.
El caso de Tulum es un ejemplo del lado oscuro del boom inmobiliario en destinos turísticos: un paraíso que, para muchos, terminó siendo una pesadilla legal y financiera. (Tulum refuerza estrategia contra el sargazo ante incremento del recale).
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