La reciente incertidumbre en la asociación entre Delta Airlines y Aeroméxico ha generado preocupaciones significativas en el ámbito del transporte aéreo entre ambos países. El Departamento del Transporte estadounidense ha expresado su inquietud debido a los cambios implementados por el Gobierno mexicano en las operaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
Delta Airlines ha advertido sobre las posibles repercusiones negativas si esta asociación llega a su fin, señalando que cerca de veinte rutas podrían ser canceladas, impactando tanto en la conectividad como en la economía de ambas naciones. Además, existe la posibilidad de que otras diez rutas sufran reducciones en capacidad y frecuencia de vuelos.
Los efectos potenciales de esta ruptura son diversos: desde un aumento en las tarifas para los pasajeros hasta la pérdida de empleos tanto en Estados Unidos como en México. Se estima que alrededor de 1.8 millones de asientos de vuelos transfronterizos podrían estar en riesgo, representando el 4% del total.
Aunque el Departamento del Transporte estadounidense aún no ha dado una respuesta oficial, ha dejado claro que considera que las decisiones tomadas por el Gobierno mexicano perjudican a los operadores existentes y podrían obstaculizar la entrada de nuevos competidores al mercado.
Esta situación plantea desafíos significativos para el futuro del transporte aéreo entre ambos países. Mientras tanto, las autoridades y las aerolíneas estadounidenses continúan expresando su preocupación y buscando soluciones que permitan mantener una operación fluida y eficiente en el espacio aéreo compartido entre Estados Unidos y México.
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