A pesar de que los dirigentes de la Secretaria de Infraestructura y Transporte (Sintra), han dicho que si sorprenden a cualquier vehículo dando servicio de transporte sin sus permisos respectivos, serán multados con 800 salarios mínimos, queda claro que para cuando se ha anunciado la llegada de Uber (1 de octubre) pasara una de dos cosas, o los legisladores eliminan el articulo que prohíbe su entrada, o el ejecutivo, que estará encabezado por Carlos Joaquín permite su libre circulación.
Seguramente el artículo, que con el afán de cerrar el paso a Uber inscribieron en la anterior legislatura, será borrado pronto por la nueva mayoría en el congreso de Quintana Roo, lo que permitirá dar este servicio legalmente. Sin embargo la gran incógnita es, ¿como van a reaccionar los taxistas?.
Con los taxistas se tienen experiencias previas cuando de cuidar a su clientela se trata, han cerrado la entrada a la zona hotelera, el mismo bulevar Kukulcán, y hasta han bajado pasaje de camionetas de turismo para hacer ellos los traslados. No espero menos en esta ocasión en la que se verán sin duda afectados.
La razón política queda clara, los taxistas públicamente, por lo menos su dirigencia, se declararon priístas durante la pasad contienda electoral, los motivos prácticos, tuvieron su oportunidad para poner en operación su propia aplicación, similar a Uber, pero fueron ellos mismo los que la boicotearon, nunca hubo suficientes vehículos asignados al servicio, por lo que pocas veces aparecían en la pantalla de los “smarthphones” opciones para tomar.
En cuanto a las agencias de viajes, no se espera otra cosa que el apoyo a la llegada de esta opción, la postura de la Asociación Mexicana de Agencias de Viajes siempre ha sido clara en voz de su titular en Cancún, Sergio González Rubiera, libertad para que el turista elija su medio de transporte.
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