En un movimiento estratégico que refleja la tendencia creciente de independencia operativa en el sector hotelero, Seadust Cancún Family Resort confirmó su salida del portafolio de Grupo Playa Hotels & Resorts – recientemente adquirido por Hyatt Hotels Corporation – para retomar la administración autónoma bajo el control directo de sus propietarios, de acuerdo con Mauricio Martínez de Alba, director general de la propiedad
Esta transición marca el inicio de una fase de optimización operativa enfocada en elevar el posicionamiento de mercado, con un compromiso inicial de inversión de importante inversión en renovaciones inmediatas. El hotel es gestionado y administrado por un grupo de socios de Monterrey.
Su liderazgo reafirma el papel de los empresarios mexicanos como motor de inversión, empleo y desarrollo en el Caribe. “Creemos en Cancún y en Quintana Roo. Cada peso que invertimos se traduce en mejores experiencias para los viajeros y en más oportunidades”.
Mauricio Martínez de Alba enfatizó que “esta nueva etapa de gestión hotelera nos permite alinear nuestras operaciones con una visión más ágil y personalizada, priorizando la experiencia del huésped familiar en un entorno de alta competencia”.
El anuncio llega en un contexto donde el mercado de resorts todo incluido en la Zona Hotelera de Cancún enfrenta presiones por diferenciación, impulsada por el flujo de visitantes de EE.UU. y Canadá –los principales mercados objetivo del Seadust, que fueron descuidados por los anteriores operdores.
El plan de capitalización, que suma 29 millones de dólares en los últimos cuatro años (incluyendo los 25 millones ya invertidos previamente), se centra en intervenciones estructurales y funcionales para transitar de un modelo de operación estandarizada a uno más boutique dentro del segmento familiar de cuatro estrellas.
Las prioridades inmediatas para devolver el brillo a la propiedad son la remodelación de infraestructuras clave como baños y cocinas en habitaciones y áreas comunes, con énfasis en eficiencia energética y estándares de sostenibilidad.
Tambien se habló de mejoras en espacios de alto tráfico como el lobby principal y centros de consumo (restaurantes y bares), incorporando elementos de diseño bioclimático para reducir el impacto ambiental y elevar la percepción de lujo accesible.
Las renovaciones buscan un retorno estimado del 15-20% en tasas de ocupación a corto plazo, mediante la integración de tecnologías como sistemas de gestión de reservas basados en IA y protocolos de personalización de servicios.
Esta inversión no solo responde a la necesidad de refrescar un activo con 501 habitaciones y una tasa de RevPAR (ingresos por habitación disponible) de aproximadamente 180 USD en 2024, sino que posiciona al Seadust como un jugador más ágil en un ecosistema dominado por cadenas globales.
“Hemos destinado recursos para fortalecer nuestra cadena de valor interna, desde procurement local hasta alianzas con turoperadores independientes”, agregó Martínez de Alba.
La decisión de independencia operativa se enmarca en un patrón observable en el Caribe mexicano, donde propiedades independientes buscan mayor flexibilidad ante la consolidación de grandes operadores. La adquisición de Playa Hotels por Hyatt en 2024, aceleró revisiones contractuales en varios activos, permitiendo a dueños locales recuperar control para implementar estrategias hiperlocalizadas.
El resort planea campañas digitales y partnerships con plataformas como Booking y Expedia para capturar el segmento de familias de ingresos medios-altos, sensible a precios pero demandante en amenidades como el parque acuático Treasure Island y los 11 restaurantes temáticos.
El hotel Seadust fue inaugurado en el año 2005 con el nombre Grand Parnassus, pasando por una serie de complicaciones legales luego del fallecimiento de su propietario, Salvador Hornelas, convirtiéndose a Seadust en 2017. (Seadust Cancún se suma al portafolio de Playa Hotels & Resorts).
