La Laguna Manatí, ubicada en una de las zonas más desarrolladas de Cancún, ha sido reconocida como un Área Natural Protegida, destacando su relevancia para la conservación de la biodiversidad en medio de un entorno urbano. Este cuerpo de agua, que abarca aproximadamente 200 hectáreas, ha logrado mantenerse como un refugio para diversas especies de flora y fauna, a pesar del crecimiento turístico y comercial que lo rodea.
Las áreas naturales protegidas, como la Laguna Manatí, juegan un papel crucial en la preservación de ecosistemas vitales. Estas zonas, resguardadas por el gobierno, buscan mitigar el impacto de la actividad humana y proteger especies en peligro. La laguna, además de ser alimentada por cenotes, es el hogar de los cuatro tipos de manglares esenciales para el equilibrio costero y la prevención de la erosión.
El proceso de recuperación de la Laguna Manatí ha sido fundamental para su preservación. Antes de su designación como área protegida, la laguna enfrentaba problemas graves de contaminación por desechos. Sin embargo, el trabajo conjunto entre el gobierno, asociaciones civiles y la comunidad local ha permitido revertir los daños y devolverle su vitalidad.
Hoy en día, la conservación de la laguna es una prioridad. Personal capacitado supervisa las actividades recreativas, como paseos en bote y kayak, mientras se cuida de especies clave, como cocodrilos y aves locales. Además, se organizan eventos educativos que promueven la conciencia ambiental y permiten a los visitantes conocer de cerca la importancia de este ecosistema en un entorno urbano.
La Laguna Manatí no solo ofrece una experiencia cercana a la naturaleza, sino que también es un recordatorio del valor de preservar espacios naturales en ciudades en expansión. Las iniciativas de conservación y concienciación que se desarrollan en este lugar son clave para la sostenibilidad a largo plazo del entorno natural de Cancún.
