En medio de un panorama lleno de incertidumbre para la aerolínea Volaris, se ha confirmado que el 31 de octubre se llevó a cabo un recorte en su plantilla de tripulaciones de vuelo de más de al menos 200 elementos, que incluyen tanto a pilotos como a sobrecargos. Estas acciones, se justificaron por la puesta en tierra de varias aeronaves que serán revisadas.
La revisión es como consecuencia del ajuste a sus operaciones derivado de la revisión de los motores Pratt & Whitney.
La empresa Pratt & Whitney, fabricante de motores GTF utilizados en parte de la flota de Airbus A320neo que opera Volaris, solicitó recientemente realizar revisiones preventivas aceleradas a un grupo de motores de este tipo a nivel global. Esta revisión afecta a 42 aerolíneas en todo el mundo y tiene un objetivo meramente preventivo.
Sin embargo, Volaris puso en marcha un plan de acción para mitigar las afectaciones derivadas de esta situación, el cual incluye, entre otras medidas, la extensión de 18 contratos de arrendamiento de aeronaves que vencían en 2024 y 2025, la incorporación de 24 nuevos aviones Airbus en los próximos dos años, así como la búsqueda proactiva de más aeronaves y motores.
Pero, a pesar de estas medidas, y considerando que las revisiones de los motores llevarán periodos prolongados, “es previsible un ajuste temporal en nuestras operaciones”, indicó la aerolínea en un comunicado.
Los trabajadores afectados han expresado su descontento y preocupación al ser despedidos de forma inesperada. Este ajuste, sumado a la puesta en tierra de aeronaves, no solo repercute en las tripulaciones de vuelo, sino en todo el personal involucrado en las operaciones de la aerolínea.
Existen especulaciones no confirmadas que sugieren que estos despidos van más allá de los problemas con los motores. Algunos argumentan que son respuestas a intentos de tripulantes, como sobrecargos y pilotos, por unirse a sindicatos como ASPA y ASSA, desligándose del sindicato de Volaris (STIA). (Recibe Volaris un A321neo su aeronave 126).
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