Como parte de su compromiso con el medio ambiente y la sustentabilidad, Grupo Xcaret cuenta con el programa de reinserción de la guacamaya roja, uno de los más longevos de la compañía, y que contribuye con la preservación de esta especie que ya es un ícono del grupo.
En entrevista con NITU.mx, Rodolfo Raigoza, director de Conservación del Grupo Xcaret, detalló que este programa empezó en 1993 con la reproducción de guacamaya roja y verde, que son las que hay en México, siendo la primera la que cobró mayor importancia, ya que estaba en peligro de desaparecer, por ello el programa se enfocó en esta especie.
Para 2008 se iniciaron los esfuerzos para el programa de reintroducción, pues se detectó que los números de guacamaya roja en vida silvestre en México estaban reducidos a algunas pequeñas poblaciones en Chiapas y Oaxaca, y se contaban aproximadamente 240 guacamayas.
“En Grupo Xcaret había en esa época cerca de mil guacamayas, cuatro veces la población que había en vida silvestre y ahí empezó el programa de reinserción”, señaló Raigoza.
El directivo comentó que en 2012 se hace la primera reintroducción en Palenque, Chiapas, y el programa siguió su curso. Recientemente se llevó un nuevo grupo de 16 guacamayas, con pilares clave para este propósito: garantizar que van a sobrevivir, una genética viable y ubicarlas en zonas adecuadas para esta población.
Los sitios a los que se llevan estos ejemplares son en donde antes había guacamayas, pero fueron desapareciendo. “Dentro de la estrategia se creó un procedimiento que se llama reintroducción suave que significa no soltar de golpe a los ejemplares en un sitio completamente nuevo”, añade.
Como parte del programa, Grupo Xcaret trabaja en replicar los hábitats naturales en los sitios de reintroducción y se dejan unos meses en adaptación al clima y medio ambiente, después se abren las puertas de estos sitios y las guacamayas poco a poco van saliendo y reconociendo los lugares donde pueden conseguir alimento.
De esta manera, agrega “empiezan a extender cada vez más su rango de exploración y vuelo, así como a conseguir comida fuera, hasta que ya no regresan, ya tienen un hábitat nuevo donde pueden establecerse”.
Raigoza refiere que el proceso de adaptación inicia en el parque Xcaret con 3 o 4 meses, donde se detectan comportamientos que pueden ser adecuados o no. Lo mismo sucede en cada sitio al que llegan, donde también permanecen un periodo de tiempo similar para adaptarse al clima y a su dieta.
“Después de eso se abren las puertas para que puedan empezar a explorar afuera, posterior a ello sigue el proceso de semanas en lo que se adaptan a volar en un rango más amplio”, concluyó Rodolfo Raigoza. (Destacan acciones sostenibles de Grupo Xcaret en Cumbre del WTTC).
