Un rubro poco dado a los reflectores que atraviesa serias dificultades es el de ferias y exposiciones prácticamente paralizado desde hace un año. De por sí con el declive de la economía en 2019, su quehacer se había debilitado en el tenor de la problemática industrial, y no se diga el de rubros como la construcción.
Con 600 exposiciones al año y un mercado de 14,000 mdp, en el sexenio pasado se llegó hablar de un potencial superior de hasta 5 veces. Con la incertidumbre y la pandemia, hoy muchas de las compañías involucradas luchan por sobrevivir, más allá de algunas multinacionales con mayor músculo. En 2020 el negocio de ferias y exposiciones terminó con una caída del 58% en su facturación y del 32% en su personal.
El ingreso debió caer al 100% dada la nula actividad. No fue así por los adelantos recibidos de eventos pactados con antelación. Sin embargo el tiempo se agotó y ahora la amenaza está en devolver dichas sumas, de no retomar el camino.
El lunes la industria estuvo con Miguel Torruco, titular de Sectur. Pocos logros y decepción, aunque se habló de mesas de trabajo. Cuando mucho el funcionario se propuso como gestor ante el Consejo General de Salud y el subsecretario Hugo López-Gatell. Por ahí representantes de Concanaco que preside Manuel López Campos, la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles de Juan José Fernández, el Consejo Mexicano de la Industria de Reuniones (COMIR) que preside Jaime Salazar, la Meeting Professionals International (MPI) a cargo de Francisco Cachafeiro.
Más allá de poder reabrir, lo que depende de cada estado, un elemento que casi no se discutió fue lograr que la industria cuente con capital de riesgo. Ya que a diferencia de muchos países, aquí el gobierno de Andrés Manuel López Obrador optó por no dar apoyos contracíclicos, se propuso que los recursos provengan de un fondo a crear en Nafin de Carlos Noriega para apoyar con capital de trabajo a las empresas y evitar su naufragio y la destrucción de más empleos. (Fuente Columna de Alberto Aguilar).
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