El arquitecto Carlos Gosselin Maurel, propietario del hotel Paraíso La Bonita, y ex presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún falleció ayer a los 88 años de edad, víctima de COVID-19, dejando un gran legado de trabajo, amistad, creatividad liderazgo e inspiración.
Arquitecto de vocación y poseedor de un gran talento hizo al ejercer grandes cosas, que lo llevaron finalmente a la gran pasión de sus últimos años, la hotelería.
Su gran amor y su admiración por el Caribe Mexicano, combinado con su profesión, tuvieron como resultado uno de los hoteles más exclusivos de la zona, “Paraíso la Bonita”, llamado así en honor a su amada esposa, Elisa, a quien cortejó hasta sus últimos días. (“El servicio de excelencia hace la diferencia”: Carlos Gosselin).
Conversador nato, lleno de historias y anécdotas era capaz de encantar a quien tuviese el honor de compartir una mesa y una comida. Incasable trabajador llegó a los 79 años a liderar a los hoteleros, su nombramiento incluso causó molestias en algunos grupos que pensaban que no tenía el perfil, y sin embargo, incluso repitió en el encargo.
Fue egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México y llegó a Quintana Roo en 1978. Construyó, entre otros hoteles, el Radisson en la Ciudad de México, fue catedrático en la UNAM, en donde alguna vez estuvo en la terna para ser rector de la máxima casa de estudios.
En sus últimos años instituyó el “Protocolo Puerto Morelos” en la búsqueda de neutralizar la llegada atípica de sargazo, este documento sirvió para desarrollar casi todos los protocolos que se han instrumentado con este fin.
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