Incluir entre sus compromisos la regulación “profunda” de las plataformas digitales como Airbnb será uno de los compromisos que el gremio hotelero exigirá a los candidatos a puestos de elección.
Miriam Cortés Miranda, directora ejecutiva de la Asociación de Clubes Vacacionales de Quintana Roo (Acluvac), explicó que esta regulación debe ser un trabajo minucioso, pues no es sólo obligarlos a pagar impuestos, sino que implica revisar los ordenamientos urbanos, pues de lo que se trata es de definir las zonas en las que se podría permitir la operación de las rentas vacacionales, en qué temporadas y las zonas donde definitivamente se pedirá que se prohíba. (Proponen policía cibernética para regular Uber y Airbnb en Q. Roo).
Aseguró que ya en Cancún está comenzando a notarse el fenómeno del encarecimiento de las rentas en la zona centro y el desplazamiento de la población local a segundos y terceros cuadros porque prácticamente se vuelven impagables los costos de alquiler para vivienda tradicional.
Esto, dijo, no sólo distorsiona el mercado inmobiliario y aleja a los trabajadores de sus centros de trabajo, sino que deja de ser una economía colaborativa, como las propias plataformas de rentas vacacionales se autodenominan, porque hay personas que están construyendo o ampliando viviendas en zonas habitacionales con el expreso objetivo de dedicarlas enteramente al negocio de las rentas vacacionales.
Cortés Miranda dijo que actualmente también ya hay un desfasamiento entre el creciente número de pasajeros que llega al Aeropuerto Internacional de Cancún y los niveles de ocupación hotelera, pues a pesar de que todos los años se incrementa a una tasa de dos dígitos el volumen de pasajeros, la ocupación se mantiene en los mismos niveles.
Esto se explica, aseguró, porque un creciente volumen de pasajeros ya no está arribando a un hotel tradicional, sino que están siendo captados por las más de 15 mil viviendas en renta vacacional disponibles en Cancún. “Nos están ocupando asientos de avión que bien podrían ser utilizados por un viajero con un perfil de gasto mucho más alto y con una derrama mucho mayor para el destino”.
La industria de los tiempos compartidos en Cancún y la Riviera Maya, factura más de 1,500 millones de dólares anuales, que representan más de 60% de lo que vende México en este segmento a nivel nacional. Con información de El Despertador de Q. Roo.
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