Claudia Sheinbaum, candidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia, propone una ambiciosa expansión del sector aeroportuario mexicano, incluyendo un significativo aumento en la capacidad del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y el fortalecimiento de la aerolínea estatal Mexicana de Aviación.
La visión de Sheinbaum se alinea con la continuación de la estrategia actual de la administración morenista de involucrar a las Fuerzas Armadas en la construcción, desarrollo y operación de aeropuertos, un giro que ha situado bajo su mando instalaciones como Campeche, Ciudad Victoria, entre otros.
La propuesta de llevar a cabo la segunda fase del AIFA, destinada a expandir la terminal, las calles de rodaje y las zonas de carga, apunta a una capacidad anual de 80 millones de pasajeros y 700 mil toneladas de carga. Este plan se complementa con la idea de aumentar la flota de Mexicana de Aviación, cuyas operaciones apenas comienzan a tomar vuelo. (Mexicana de Aviación se une formalmente a GAFSACOMM).
Sin embargo, especialistas del sector, como Gerardo Herrera, critican la falta de un plan de negocios sólido para Mexicana de Aviación y el AIFA, sugiriendo que los esfuerzos actuales no responden adecuadamente a las demandas del mercado.
Esta percepción se ve agravada por el hecho de que las aerolíneas comerciales privadas, que no recibieron apoyo gubernamental durante la pandemia, podrían enfrentar distorsiones competitivas ante la presencia de una aerolínea estatal respaldada con recursos públicos.
Por otro lado, Julio Zugasti subraya la importancia de la colaboración entre el gobierno y el sector privado para impulsar el sistema aeroportuario. Sugiere que el manejo de aeropuertos y aerolíneas por parte de las Fuerzas Armadas requiere de un análisis detallado, destacando posibles riesgos relacionados con la gestión y la transparencia.











