Luego de que un comando armado irrumpiera en el hotel Mayaland a un costado de la zona arqueológica de Chichén Itzá ejecutando, sin identificación ni documento alguno, un embargo, Fernando Barbachano Herrero a denunciado a través de un comunicado la situación legal del predio y las arbitrariedades de las que han sido objeto.
Barbachano acusa, “enfrentamos el lastre, de la corrupción, de los vacíos de poder y de una práctica de abuso que tristemente se hizo común en Tulum, Quintana Roo con aquella fraudulenta estrategia de los despojos e invasiones y que ahora parece haberse copiado en Yucatán, ante la complicidad de algunas autoridades”
Así mismo pidió la intervención del gobernador Mauricio Vila Dosal “para que garantice el cabal cumplimiento de la ley, el respeto a las instituciones y que se favorezca y privilegie el estado de derecho y la certeza jurídica.”
A LA OPINIÓN PÚBLICA.
Por considerarlo oportuno y conveniente, especialmente para la industria turística y para la sociedad de Quintana Roo y Yucatán, y en uso de mi derecho de réplica, toda vez que el asunto a relatar ha sido ventilado en diversos medios de comunicación y en algunos de ellos con dolo, yo Fernando Barbachano Herrero, procedo a dar cuenta cabal de los hechos relacionados con la frustrada operación de compra venta de una de mis propiedades, concretamente del Hotel Mayaland, entendiendo que en toda controversia y/o disputa existen dos o más versiones; en este caso la del que suscribe debe ser también leida y escuchada.
En fecha 3 de junio del año 2020, Inmobiliaria R4, S.A. de C.V. representada por Rodolfo Rosas Moya, suscribió una carta de intención de compra para la adquisición del hotel Mayaland. En dicha carta se establecía como fecha del cierre de la operación treinta días posteriores a la firma del contrato de promesa de compra-venta, y que en tal fecha se entregarían a Fernando Barbachano e hijos la cantidad de 6 millones de dólares.
Días antes del 3 de julio, Rodolfo Rosas Moya, manifiesta no tener los recursos para cerrar la operación y solicita cambiar la firma de la promesa para el 6 de agosto del 2020.
Días antes de la nueva fecha, Rosas Moya, nuevamente manifiesta no tener los 6 millones ofertados, mismos que promete pagar de la siguiente forma:
10 millones de pesos a la firma, mismos que se perderían si el 26 de agosto no entregaba 3 millones de dólares.
3 millones de dólares el 26 de agosto.
3 millones de dólares el 26 de septiembre.
El 6 de agosto, Rosas Moya, entregó los 10 millones de pesos como arras provisionales en garantía.
El 7 de agosto de 2020, se firmó el contrato de promesa de compra venta entre Fernando Barbachano e Hijos y la Inmobiliaria R4 S.A. de C.V., para la compra del Hotel Mayaland, fijándose un valor total de $18, 996,160.00 millones de dólares, estableciendo ambas partes un calendario de pagos y condiciones que debererían darse para poder cerrar la operación.
Fernando Barbachano devolvió entonces los 10 millones de pesos a Rosas Moya mediante transferencia electrónica.
En el contrato se estableció un primer pago de 6 millones de dólares, que funcionaba al mismo tiempo como arras de garantía y también como pena convencional en caso de incumplimiento.
Se pactó dicho pago en dos partes de 3 millones cada una, establecidas para agosto 27 y septiembre 27 del mismo año 2020.
Posteriormente Rosas Moya, solicita nuevamente prórrogas y modificación de las claúsulas proponiendo ahora $1,500,000.00 usd para 2 de septiembre y cantidad idéntica para el 27 de octubre.
El 26 de septiembre, Rosas Maya, a través de su corredor inmobliario envía misiva solicitando una prórroga de veinte días hábiles a partir del 28 de octubre, toda vez que no contaba con los recursos para cumplir lo pactado.
Finalmente esta prórroga no es aceptada.
Ante los diversos incumplimientos y falta de seriedad demostrada, el 30 de octubre se tomó la decisión de rescindir el contrato, lo cual le fue notificado al comprador mediante Notario Público, al tiempo que se le requirió el pago de $1,500,000.00 usd, como parte de la pena convencional pactada y firmada por ambas partes.
Rescindido el contrato, Rosas Moya y los abogados de la familia Barbachano trabaron negociaciones sin poder llegar a un acuerdo. Barbachano solicitaba el pago del total del valor del inmueble en una sola exhibición ante la falta de cumplimiento y deducir de la misma el pago recibido en arras. La parte compradora no aceptó e insistían en plazos.
Durante este tiempo Rosas Moya intentó sabotear el negocio de Mayaland enviando comunicados a sus principales agencias de viajes productoras alertándolos de una supuesta complicación legal.
El 8 de Enero de 2021 Fernando Barbachano demandó por la vía civil a Inmobiliaria R4, S.A. de C.V. el pago de un millón, quinientos mil dólares como saldo de la pena convencional pactada, demanda que no fue contestada.
Increíblemente Rosas Moya, con uso de influencias y muy posible corrupción de por medio, promovió en diciembre pasado un Juicio Mercantil en contra de Fernando Barbachano, sus hijos y la empresa Mayaland, S.A. con la clara intención de despojarle de sus propiedades.
De manera por demás ilícita e irregular, se le dio admisión a un Juicio en el juzgado segundo mercantil de Mérida, Yucatán, a cargo del Juez Raúl Cano Calderón, cuando no existe, ni se ha suscrito nunca, título de credito alguno o documento firmado en el que se reconozca adeudo ninguno en favor de Inmobiliria R4 o del señor Rodolfo Rosas Moya.
Es decir, que Rosas Moya, de quien se tienen antecedentes de operaciones similares en Quintana Roo, en asociación practicamente delictiva con ex gobernadores y otros funcionarios, quien actúa de manera perversa, está abierta y decididamente corrompiendo autoridades para inventar un Juicio Mercantil, por el que pretende embargar el Hotel Mayaland y otras propiedades de la familia.
Así el 17 de febrero del presente año, se llevó a cabo una diligencia para requerir pago, embargo y emplazamiento en el Hotel Mayaland, diligencia que acusa errores y faltas administrativas.
Ese mismo día, 18 personas armadas, que nunca se identificaron como pertenecientes a corporación alguna de seguridad pública, irrumpieron en el Hotel, golpeando y lesionando al personal de seguridad; realizaron destrozos y sustrajeron los teléfonos móviles del personal, por lo que ya se han interpuesto las denuncias correspondientes contra quien resulte responsable.
Evidentemente hemos interpuesto juicio de amparo en contra de este ilegal embargo.
La familia Barbachano se ha conducido por generaciones con seriedad y ha contribuido de manera muy importante en el desarrollo económico y la calidad de vida de cientos de familias de muy diversos pueblos y localidades de Yucatán; ha generado empleos dignos, ha fomentado la cultura y de manera muy importante ha logrado que millones de turistas de todo el mundo desde hace varias décadas, puedan conocer el gran legado de la Cultura Maya, a partir de ofrecer experiencias involvidables en sus propiedades, con un servicio de clase mundial.
Hoy, enfrentamos el lastre, de la corrupción, de los vacíos de poder y de una práctica de abuso que tristemente se hizo común en Tulum, Quintana Roo con aquella fraudulenta estrategia de los despojos e invasiones y que ahora parece haberse copiado en Yucatán, ante la complicidad de algunas autoridades.
Por una parte, dejo en claro que mi nombre y el de mi familia están libres de toda culpa, que actuamos con absoluta honestidad y transparencia y que no vamos a permitir se mancille el buen apellido Barbachano, que ha estado en la actividad Turística desde hace más de 100 años.
Por otra parte, hacemos un respetuoso, pero enérgico llamado al Sr. Gobernador del Estado de Yucatán, para que garantice el cabal cumplimiento de la ley, el respeto a las instituciones y que se favorezca y privilegie el estado de derecho y la certeza jurídica.
24 de Febrero del año 2022.
Atentamente
Fernando E. Barbachano Herrero.
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