El Aeropuerto Internacional de Toluca (AIT) mueve dos mil personas por día, mientras que en 2008, cuando registró su tope en la operación, la afluencia era de unas 11 mil. Ese año, el Aeropuerto Internacional de Toluca era el número seis del país en número pasajeros. Ahora no aparece ni entre los 10 primeros.
La caída en el tráfico en la capital del Estado de México se debió, sobre todo, a que las aerolíneas Volaris e Interjet cambiaron algunas rutas al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), cuando quedaron vacantes los slots que operaba Mexicana de Aviación.
En este aeropuerto, los gobiernos federal y estatal han invertido más de tres mil millones de pesos (MDP) en los últimos 10 años. Desde el 7 de septiembre de 2005, el AIT está operado por la Administradora Mexiquense del Aeropuerto Internacional de Toluca, que tiene tres socios: OHL Toluca (con 49 por ciento), el Gobierno del Estado de México (26 por ciento) y Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), que participa con el 26 por ciento restante.
Sin embargo, pese a sus problemas para captar al público en general, se mantiene gracias a los vuelos privados. “Este aeropuerto tiene actividad porque se trasladó la aviación que incluye la operación de los aviones de las entidades de gobierno y jets privados”, señala Fernando Gómez, consultor del sector aéreo a CNN Expansión.
De acuerdo con cifras del AIT, de las 250 operaciones diarias, 85 por ciento son de la aviación privada. Entre enero y agosto de este año, se registraron 66 mil 670 vuelos, de los que 59 mil 336 fueron de aeronaves privadas y el resto, apenas 7 mil 334, de la aviación comercial.
“El aeropuerto es rentable, opera con buenas cifras”, afirma Espinosa. “Aquí se concentra la aviación privada más grande de América Latina”. Su reto ahora es atraer, además, a las líneas aéreas comerciales.
COMPLEMENTO AL AICM
El aeródromo se sitúa a 40 kilómetros del centro de negocios Santa Fe de la capital del país. Fue construido como una opción para desahogar el congestionado aeropuerto de la Ciudad de México. “Es la T3 del aeropuerto de la Ciudad de México”, señala Miguel Peláez, titular de la Dirección General de Aeronáutica Civil.
La idea no es nueva. Desde hace 10 años, el gobierno ubicó a Toluca como parte del Sistema Metropolitano de Aeropuertos, que incluye también el de Cuernavaca, el de Puebla y el de Querétaro, como una opción para captar parte del tráfico aéreo de la capital. Pero no ocurrió así.
Sus cifras rondan los 865 mil 000 pasajeros anuales, mientras que el de la Ciudad de México registra más de 38 millones, con incrementos de doble dígito cada año.
“Es una falacia que la gente que vive en Las Lomas, Santa Fe o Polanco —barrios exclusivos de la capital— quiera volar por Toluca”, opina Gómez. El experto explica que el usuario que trata de salir de la capital hacia Toluca enfrenta el problema de congestión vial de la avenida Constituyentes —que, en horas pico, obliga a un recorrido de más de una hora— y el alto costo del peaje de la autopista.
Además, agrega, a Toluca le falta una mayor oferta de vuelos. “Las aerolíneas tienen un vuelo al día, y si lo pierdes te tienes que esperar al día siguiente. Y en la Ciudad de México puedes conectar en otro horario”.
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