La Ciudad de México dio un paso firme hacia la regulación del alquiler de viviendas a través de plataformas digitales como Airbnb, siguiendo el ejemplo de otras grandes urbes en todo el mundo. A principios de octubre, el Congreso capitalino aprobó una modificación que limitará la renta de propiedades a un máximo de seis meses al año mediante este tipo de plataformas.
La medida, impulsada por el entonces jefe de Gobierno, Martí Batres Guadarrama, busca evitar la concentración del mercado de viviendas en el sector turístico y garantizar un uso adecuado de los inmuebles.
Contexto y alcance de la regulación
El objetivo principal de esta regulación es prevenir que propiedades se destinen exclusivamente al alquiler a corto plazo, una práctica que, según las autoridades, afecta el acceso a viviendas para los residentes locales. La medida también apunta a controlar el impacto que plataformas como Airbnb han tenido en la gentrificación de algunas zonas y en el incremento de los precios de renta.
Airbnb ha manifestado su descontento, calificando la iniciativa como una acción anticompetitiva que podría afectar a miles de familias que dependen de esta fuente de ingresos en la capital mexicana. Sin embargo, regulaciones similares han sido adoptadas en otros lugares del mundo, respondiendo a preocupaciones urbanísticas, sociales y económicas.
Casos Internacionales: modelos de regulación
• Nueva York (EE.UU.): Desde septiembre de 2023, los anfitriones deben registrarse ante las autoridades. Además, no se permite alquilar departamentos completos por menos de 30 días si el propietario no reside en el lugar.
• Barcelona (España): Se ha anunciado la eliminación de los pisos turísticos para finales de 2028. Las licencias no serán renovadas ni se emitirán nuevas, buscando liberar viviendas para los residentes.
• París (Francia): Las autoridades gestionan los alojamientos turísticos a través de una ventanilla única que centraliza los registros y controles fiscales, limitando las pernoctaciones permitidas.
• Portugal: Se eliminó el programa “Golden Visa” y se prohibieron nuevas licencias para alquileres vacacionales. Los anfitriones que deseen continuar con esta actividad deberán obtener permisos especiales y pagar un impuesto del 15%.
• Florencia (Italia): Se prohibieron los alquileres a corto plazo en el centro histórico, aunque los propietarios que cambien a arrendamientos ordinarios reciben beneficios fiscales por tres años.
• Buenos Aires (Argentina): Un proyecto propone limitar a mil 400 las licencias para alquileres digitales, permitiendo que cada propietario registre un máximo de dos inmuebles y estableciendo sanciones para quienes operen sin autorización.
• Berlín (Alemania): En 2014, la ciudad prohibió el alquiler comercial de apartamentos sin permiso especial para evitar la especulación inmobiliaria y proteger el mercado residencial.
Regulación coordinada en la Unión Europea
Los países de la Unión Europea han acordado medidas comunes para este tipo de alojamientos, creando un punto de entrada digital único donde los anfitriones deben reportar la actividad mensual de sus inmuebles. Esta medida busca mantener un control más estricto sobre las propiedades y evitar la evasión de regulaciones locales.
Las regulaciones en la Ciudad de México se suman a un movimiento global que busca equilibrar los beneficios del turismo con la necesidad de garantizar acceso a vivienda para los residentes locales. A pesar de la oposición de plataformas como Airbnb, las ciudades siguen avanzando en la implementación de medidas para mitigar los efectos negativos que el turismo masivo y el alquiler digital han generado en sus comunidades. (Airbnb critica restricciones al alquiler en Ciudad de México: Impacto en la oferta turística).
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