La iniciativa surge de un estudio realizado por el Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), y de un estudio realizado por Ingenieros Civiles del Tecnológico de Chetumal con la Organización de Geomática, Educación y Ordenamiento Ambiental (Geo Alternativa AC), así como el Centro de Investigación Científica de Yucatán para determinar la vocación del sistema kárstico, en seguimiento a acuerdos del seminario “Planificación territorial sensible al agua” celebrado en 2018.
Esta iniciativa sienta las bases para la colaboración y alianza entre gobierno de Quintana Roo y representantes de Fonatur y el Tren Maya, para obtener avances del conocimiento con métodos de modelación hidrodinámica y análisis de agua subterránea, permitir el crecimiento poblacional, así como la ubicación de acuíferos subterráneos.
Enrique Duhne,asesor ambiental del Tren Maya, consideró que se debe propiciar la creación de corredores turísticos bioculturales (selva-cultura-agua) para generar un equilibrio entre el potencial del patrimonio biocultural y las estrategias de mitigación de impactos ambientales.
“Fomentar de forma directa e indirecta agroforestería y actividad forestal eficiente a través de la planeación integral entre el turismo y el consumo responsable”, dijo, así como modelos de economía local sustentable que permitan la participación social de las comunidades en cada eslabón de la cadena de valor y la conformación de redes cooperativas.
La iniciativa se basa en 10 principios fundamentales para responder a los desafíos del cambio climático enmarcados en la Agenda 2030, para aportar soluciones fundamentadas en la conectividad de los ecosistemas, tomando en cuenta que los efectos de estos principios trascienden de lo local a lo global, es decir, desde la selva hasta el mar: El ciclo del agua; la importancia de la conexión entre el espacio superficial y subterráneo; así como implementar acciones contundentes para reducir, reciclar y reutilizar los residuos sólidos urbanos.
Se reconoce como necesidad primordial, lograr una red estratégica de área verde e infraestructura dentro de las ciudades y la necesidad de mantener una proporción de superficie 68 por ciento permeable y máximo 32 por ciento impermeable en los centros urbanos. Asimismo se busca evitar la promoción de la agricultura en monocultivo y uso de agro químicos. También se considera como indispensable adecuar instrumentos de política pública con elementos que consideren al sistema kárstico.
En esta iniciativa, las partes reconocen y se comprometen a implementar esta visión que permitirá, entre otros objetivos, conservar el color turquesa del agua, la existencia de corales, tortugas, peces y estromatolitos, incluso polinizadores, al tiempo que se disminuye el riesgo de intrusión salina, de inundaciones y de isla de calor, manteniendo una proporción favorable de área permeable e impermeable liberando presión de la lluvia en el drenaje de aguas negras, restando contaminación de la escurrentía urbana a los cuerpos de agua para impedir su contaminación y aumentando la adaptación al cambio climático. (Fonatur discute con expertos del Gran Acuífero Maya).