El presidente de la Comisión de Turismo en la Cámara de Diputados, Luis Alegre Salazar, consideró necesario analizar el impacto que tendrá un muelle de cruceros en Puerto Morelos, pues dijo, hay estudios que acreditan impactos positivos y negativos al sector hotelero.
Explicó que se tienen que tomar en cuenta las dos posturas al respecto, tanto la de los hoteleros que ven un riesgo a la hotelería tradicional, como la de los propios impulsores de este proyecto, quienes aseguran lo contrario, es decir, que se complementará el destino con un nuevo servicio para los millones de turistas que visitan el Caribe mexicano.
Alegre Salazar aseguró que hay datos objetivos sobre las dos posturas, por lo que se necesita hacer un análisis detallado para determinar con mayor certeza qué es lo que más conviene al estado.
La zona norte de Quintana Roo, agregó, tiene una muy consolidada infraestructura hotelera que difícilmente podría ponerse en riesgo por un proyecto como el que se plantea para el muelle de Puerto Morelos, sin embargo, “los pros y los contras se deben sopesar de manera objetiva, con estudios serios para poder tomar decisiones al respecto”.
Cabe recordar que la semana pasada, la secretaria de Turismo de Quintana Roo, Marisol Vanegas Pérez, informó que la naviera Capri Cruises está cerca de concretar los permisos para iniciar las operaciones de un home port de cruceros en Puerto Morelos a partir de la Semana Santa del próximo año.
El barco tendría capacidad para 800 pasajeros, los cuales se embarcarían en un puerto a 20 minutos del Aeropuerto Internacional de Cancún, traídos en aviones chárter desde Estados Unidos, para zarpar desde Quintana Roo hacia una nueva ruta que recorrería Cuba, entre otros puntos de la región. (“Sedetur apoya inversiones, pero está atenta a cumplimiento de ley”: Secretaria de turismo sobre Home Port).
El anuncio ha sido tomado por el sector hotelero de Cancún como una amenaza a la industria turística en el corredor Cancún-Riviera Maya, pues aseguran que está demostrado que los cruceros “canibalizan” a la hotelería, abaratando el destino, atrayendo viajeros que no pernoctan en centros de hospedaje y por consecuencia, frenando la inversión hotelera al mermar la rentabilidad de los destinos. (El Economista).
Agregar Comentario